Cuando seas elefante

Cuando te conviertas en elefante

Cuando tomes la forma del elefante, no importará que tan lejos camines, no importará que tan lejos llegues, quizá tan sólo te dediques a mirar el sol, quizá tan sólo observes, quizá parezca tan sólo eso, pero estarás conociendo su naturaleza y a todo lo que dio a luz; todo lo que con sus llamas doloridas parió, todo lo que de su fuego crece. Estarás mirando a la tierra y cómo el cielo al penetrar a ésta, crece el pasto y las flores. Probablemente veas a la lluvia y cómo al morir en las sierras, también mata a la penumbra. Descubrirás que cambiaste de apariencia como los árboles con las estaciones y tu corteza se arrugará como se arrugaron sus troncos, y aprenderás porqué los elefantes caminan hasta que el sol deja de brillar y porqué bañan sus cuerpos con el agua que brota de sus trompas, porqué no les importa que el sol seque su piel y la agriete.
No te importará tener que caminar y menos te importará a dónde llegues, a dónde te lleve aquel camino; ya nada de eso te importará.
Aprenderás a zambullirte en mil lagunas, y que lo que menos importa del barro es su suciedad.
Cuando seas un elefante aprenderás a llorar, a que el sol seque tus lágrimas; aprenderás a caminar, aprenderás que la libertad no es algo que se exige a los demás sino que se aprende a conservar. Cuando seas un elefante lo podrás apreciar. Quizá no te acuerdes de esta carta cuando seas elefante, quizá no te acuerdes que anteriormente no sabías todo eso, cuando seas elefante, pero igualmente te maravillarás, eso es lo hermoso de cuando seas elefante: verás todo y lo apreciarás como si lo vieras siempre por primera vez; cuando seas elefante…